Productos Enlatados

Los marinos que se embarcaban en largos viajes durante el siglo XVIII, llevaban alimentos que conservaban tradicionalmente, salaban la carne y el pescado, pero había limitaciones, como su tiempo de conservación y el correcto almacenamiento, por lo que empezaban a tener mal sabor, descomposición y al comerlos les provocaban enfermedades.
Hacia 1795 el confitero francés Nicolas Appert, inventó un proceso de conservación sencillo y efectivo: colocar alimentos en salmuera (agua y sal) en un tarro de cristal cerrado herméticamente, hervirlo y así matar a los microorganismos, por lo que la comida se conservaba en perfecto estado y sabor, además de seguir contando con nutrientes y vitaminas. Abrió su fábrica y dotó de tarros a la marina francesa. En 1810 el gobierno de Napoleón le otorgó un premio de doce mil francos por haber publicado su método en el libro “El libro de todos los hogares, el arte de preservar sustancias vegetales y animales por muchos años”.
Tiempo después, Philippe de Girard, originario de Francia, aportó algo innovador en Londres: en lugar de tarros de cristal, usó recipientes de hojalata y junto con el inglés Peter Durand perfeccionaron la técnica. Dos años más tarde vendieron la patente a Bryan Donkin, quien inaugura la primera fábrica de latas de conserva en la historia, dando a probar sus productos a miembros de la alta sociedad londinense, como los duques de Wellington y York, llegando hasta la reina, quien aprobó su envasado y Donkin suministró de manera oficial, toda la comida enlatada a la marina británica.
Muchas fábricas empezaron a producir en Europa y América, dando paso a las latas de acero. Mismas que al ser tan resistentes, proporcionan una barrera contra el aire, la luz e impurezas y lo mejor de todo, es que conservan la frescura del producto, sabor, aroma y nutrientes.
Lo que resultaba difícil en ese entonces era abrir las latas, además de que eran muy pesadas, el manual de instrucciones decía: «Para abrir las latas córtese alrededor de la parte superior con escoplo y martillo». Fue en 1870 cuando el estadounidense William Lyman inventó el abrelatas de rueda cortante y así, las latas de conservas llegaron a tiendas y despensas de todo el mundo.
COSECHAR, PRESERVAR, ALIMENTAR
Hoy en día, la tecnología de enlatado permite conservar, preservar y almacenar los alimentos a temperatura ambiente durante largos periodos.
¿Sabías que la esterilización por calor deja intactas las proteínas, lípidos e hidratos de carbono de la comida enlatada, conservando un 70 por ciento de las vitaminas?. Cantidad muy aproximada a los alimentos frescos que se consumen hasta dos días después de adquirirlos. De hecho, en algunos vegetales enlatados, los valores nutricionales son mayores que al utilizar productos frescos.
Los productos seleccionados para enlatar son recolectados en su nivel máximo de madurez y procesados el mismo día de su cosecha, debido a que las frutas y verduras al estar más maduras, tienen mayor concentración de nutrimentos que los alimentos que son cosechados en un estado de menos maduración.
VENTAJAS DE LOS ALIMENTOS ENLATADOS
– El aporte de vitaminas y minerales puede ser mayor al de los alimentos frescos.
-No contienen conservadores.
-Los alimentos y sus nutrientes se conservan por más tiempo.
-Preservan los alimentos sin necesidad de refrigerarlos.
-Gracias a su envasado es más fácil de transportar.
-Están listos para su consumo.
-Ahorran tiempo al cocinar.
-Son sustentables ya que no requieren energía para su almacenamiento.
Algunos beneficios que encontramos en las verduras enlatadas:
-Tomates
Una lata de 200 grs de tomates enlatados contiene 66 por ciento de la ingesta diaria recomendada de beta-caroteno, un potente antioxidante, y en comparación con los tomates frescos, tienen hasta tres veces más licopeno, una sustancia que ayuda a prevenir enfermedades del corazón.
-Ejotes:
Se ha demostrado que los ejotes enlatados se digieren más fácilmente que los frescos y conservan niveles más altos de vitamina A, B y antioxidantes, así como un mayor porcentaje de minerales esenciales para el metabolismo.
-Elote
El maíz se desgrana, se pone en salmuera (agua y sal) y se enlata inmediatamente. Hay estudios que confirman que el elote enlatado tiene mayor porcentaje de vitamina C que el fresco. Además, es un alimento que aporta mucha energía.
Debido a que no contiene gluten, es ideal para aquellas personas que no lo toleran.
Por todo esto, las verduras enlatadas te ofrecen altos nutrientes, practicidad y calidad. Tú lo único que tienes que hacer, es verificar fecha de caducidad al comprarlas y disfrutar.
En S&W el secreto empieza con la selección de los ingredientes.